Aunque la monogamia funciona bien para muchas parejas, a otras les gusta probar otro tipo de relaciones. Una de las más llamativas es la swinger.
Cada vez más parejas coquetean con la idea de la no monogamia como una forma de encontrar la realización.
Muchas personas lo eligen para darle vida a su relación actual, mientras que otras pueden hacerlo para remediar las necesidades sexuales que no se satisfacen en su relación actual.
Si te emociona la idea de tener intimidad con más de una persona, pero sin romper el compromiso y la conexión que has conseguido con tu pareja, estás en el lugar adecuado.
El swinging puede abrirte un mundo de posibilidades.
Si tienes curiosidad, le quieres dar una oportunidad a este estilo de vida, y convencer a tu pareja de la idea, aquí tienes todo lo que necesitas saber sobre los swingers.
Los swingers son básicamente parejas con una relación estable que eligen de mutuo acuerdo tener relaciones sexuales con otras parejas.
Cada pareja dicta sus normas, así que puede ser:
Este intercambio es principalmente sexual, no está involucrado el componente emocional.
Esto no quiere decir que los swingers no entablen amistades ni que se creen conexiones emocionales, sino simplemente que la conexión no se centra en el amor.
Generalmente, todo tiene lugar en el mismo sitio para que las parejas puedan verse disfrutando y compartir la excitación.
Esto también genera una sensación de seguridad para algunos.
Pero compartir la experiencia no significa necesariamente compartir el mismo espacio.
Los swingers también pueden participar en sexo en habitaciones separadas.
También hay varios niveles de intercambio de parejas en los que se puede participar:
Muchos swingers empiezan con algo suave para probar, mientras que otros simplemente prefieren reservar la penetración para su relación sentimental.
Como puedes ver, no hay ninguna regla escrita.
Aunque puede parecer contradictorio, los swingers no necesariamente definen su relación como "abierta".
En realidad "relación abierta" es un término genérico.
Puede abarcar todo, desde experiencias puramente sexuales sin ataduras con varias personas, hasta citas o conexiones más profundas.
Las relaciones abiertas tratan más de satisfacer las necesidades únicas de cada persona, mientras que el swinging es algo "en equipo".
Hay una tercera forma de no monogamia consensuada: el poliamor.
Esta se diferencia de las anteriores en que se enfoca en la construcción de relaciones con otras personas fuera de su relación principal.
Es menos casual y más sobre el amor o la conexión, lo que a menudo da como resultado múltiples relaciones amorosas e incluso múltiples parejas comprometidas.
Debes saber que el intercambio de parejas no es para todo el mundo.
Mucha gente tiene la idea de que la monogamia es el único enfoque moral para las relaciones profundamente arraigada.
Y simplemente no pueden sentirse a gusto consigo mismos siendo swinger.
Tienen que lidiar con sentimientos de culpa y vergüenza, o celos y falta de confianza constantemente, algo que no une ni mejora las cosas.
No lo tomes como una forma de salvar tu relación de pareja.
Es un potenciador de relaciones, no una herramienta para resolver problemas.
La idea es que cuando ves a tu pareja disfrutando junto a otra persona, te sientas más conectado y atraído por ella.
Y para conseguir eso debéis tener una relación fuerte.
Si esto no es un problema y simplemente no tienes claro que tipo de no monogamia te atrae más, reflexiona:
Para muchas parejas no es tarea fácil iniciarse en el swinging, pues requiere compromiso, confianza y comunicación.
Pero si lo tienes claro y los dos estáis de acuerdo, tienes mucho que ganar.
Si quieres sumergirte en este mundo y no sabes por dónde empezar, estos consejos te pueden ayudar.
Una vez que tengas claro que la relación swinger es lo que mejor funciona para ti, aborda la conversación con tu pareja.
Es importante que le transmitas por qué razones estás interesado en una relación abierta.
Lo más seguro es que se lo tome como algo personal o como que tú no estás satisfecho con lo que ella te da.
Por eso debes tener tacto, y hablar de tus deseos y necesidades sin crear culpa.
Cuéntale a tu pareja todo lo que has investigado y lo que has aprendido sobre ti mismo.
Si la respuesta es un 'tal vez' o un 'sí', asegúrate de aprender más sobre el swinging y la no monogamia.
Y ten en cuenta que obtener un "sí" de tu pareja es crucial.
Ambos deberéis tener un nivel de interés similar para poder ser swingers.
Si la otra parte no está segura o lo hace solo para hacer feliz a su pareja, es más probable que cause dolor emocional y una posible ruptura que excitación y placer sexual.
Una vez que ambos estéis de acuerdo en abrir la relación, es clave crear un conjunto de reglas y normas personalizadas.
Solo así se consigue confianza y respeto, algo que une a la pareja.
Prepárate para comunicarte más que cuando eras monógamo.
Las cosas se vuelven un poco más complejas cuando permitimos que más personas entren en nuestro espacio íntimo y energético.
Por ejemplo, querrás discutir las reglas a seguir.
Hablad sobre el nivel -suave, completo o duro- con el que estáis de acuerdo.
Es esencial sentirse cómodo discutiendo los límites -es decir, 'Me siento cómodo contigo practicando sexo oral pero sin penetración'- y preferencias -es decir, 'Me encantaría verte tener sexo con otra mujer'- con tu pareja.
Y comunicarse de forma abierta y sincera sobre lo que te hace sentir cómodo y lo que no puedes tolerar.
Solo así todo podrá funcionar sin celos ni dolor.
Y asegúrate también de repasar las prácticas de sexo seguro -condones, protectores dentales y control de la natalidad- relacionadas con las ETS y el riesgo de embarazo.
Para algunas parejas que deciden probar el swinging, encontrar parejas con ideas afines puede ser un desafío.
Después de todo, debéis buscar una pareja que ambos encontréis lo suficientemente atractiva como para tener sexo con ella.
Y ser swinger no es algo que se vaya anunciando a los cuatro vientos.
Quizás os encontréis a una pareja atractiva, pero no sabéis si querría hacer un intercambio.
Por eso, la mayoría de swingers acuden a clubs, fiestas o locales swingers, donde rodearse de personas afines a este estilo de vida.
Y cada vez son más frecuentes los cruceros swinger, donde la diversión está asegurada.
Todos estos son sitios especializados donde hay reglas concretas para garantizar que todos tengan una experiencia divertida y segura.
No siempre que acudas a una fiesta o un club vas a encontrar una pareja afín.
En este sentido, una comunicación respetuosa y sincera determinará si dais el siguiente paso o no.
También puedes recurrir a apps especializadas para conocer a gente con este estilo de vida.
No tienes que ir a un club swinger u organizar una orgía la primera vez.
Recomiendo comenzar con poco a poco, tal vez con un intercambio suave que involucre solo juegos previos o besarse, para comenzar.
Nunca está de más establecer una palabra clave para que os podáis comunicar durante el intercambio.
Esto es útil por si en el calor del momento uno o ambos estáis incómodos con la situación y queréis salir de ella, algo que es totalmente comprensible.
Después de cada experiencia es esencial hablar para exponer cualquier emoción desafiante que surja.
A través de cada encuentro, conseguirás una mejor idea de lo que te es más satisfactorio tanto para ti como para tu pareja.
Recuerda que podéis ajustar las reglas a vuestra conveniencia siempre que queráis.
Aunque suene cursi, te diré lo único que necesitas saber para convertirte en un swinger: está completamente bien ser tú mismo.